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Hace 11 años.
Un parralero de hierro para que su figura no caiga en el olvido
El pasado sábado se inauguró en la Plaza Nueva de Canjáyar el monumento al ‘parralero’. Esta figura ha sido realizada en hierro y donada al pueblo por su paisano, el escultor Matías Ruiz Bueno. Al acto asistió el autor de la escultura, el alcalde de Canjáyar, Francisco Alonso, la corporación municipal, el cronista oficial de la Villa Emilio Esteban Hanza y numerosos canjilones. Francisco Alonso quiso destacar la generosidad y esfuerzo del escultor que además aportó durante el Año Jubilar otro gran monumento a la Santa Cruz que preside la entrada norte y varios artículos elaborados para protocolo como llaveros, cuadros.Desde Cataluña El parralero fue trasportado desde Cataluña, lugar de residencia del escultor, hasta Canjáyar para ser colocado sobre una base de piedra alcanzando finalmente una altura de más de tres metros. Con esta escultura, la Plaza Nueva de Canjáyar se ha convertido en una zona clave del pueblo en la que se puede conocer la historia del municipio y de muchas generaciones de hombres y mujeres que dedicaron su vida a este cultivo.No hay que olvidar que, además, cuenta con seis variedades de uva plantadas en otras tantas parras repartidas por la plaza y un punto de información turística con paneles y sistema wifi. Variedades históricasCanjáyar se ha convertido en los últimos años en uno de los municipios más activos en la recuperación y defensa de las variedades de uva históricas de la provincia de Almería, rindiendo homenaje de esta forma a su historia.El municipio alpujarreño fue uno de los centros neurálgicos de la época dorada de la uva de mesa y de hecho varias de las principales sociedades exportadoras de la uva de barco o uva de Ohanes se ubicaron en este pueblo.Ahora, casi un siglo después, el Ayuntamiento, con la colaboración del Grupo Ecologista Mediterráneo, ha apostado por la recuperación de algunas de las especies que le dieron brillo y esplendor en el pasado y para ello seleccionó algunas de las variedades con mayor presencia en las tierras canjilonas para ser plantadas precisamente en la Plaza Nueva.El alcalde sostiene que de esta manera se cumple un doble objetivo, por una parte rendir homenaje a las parras y a los hombres y mujeres que dedicaron sus vidas este producto, y por otro se da un paso al frente para evitar la desaparición de especies de uva que están en riesgo de extinción por la llegada de nuevas variedades introducidas por las multinacionales del sector de frutas y hortalizas.Esas parras, situadas hace cuatro años en la Plaza Nueva, hacen desde ahora compañía a la estatua con la que se recuerda a los parraleros.